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Este blog se abre como un intento para debatir temas que preocupan a la sociedad y otros que no tanto pero que no tienen cómo hacerse ver o escuchar


viernes, 8 de octubre de 2010

Torturas bonaerenses a un adolescente de 17

Por Horacio Cecchi



El miércoles pasado, un chico de 17 años denunció haber sido torturado el día anterior durante horas por bonaerenses de la comisaría 6ª, en la localidad platense de Tolosa. Dijo que lo detuvieron en la casa de un amigo, que lo golpearon estando esposado, que le dieron latigazos con la hebilla de su propio cinturón, que le envolvieron la cabeza en una bolsa de nylon y que luego se la sumergieron en agua podrida. Pese a que los mismos policías lo amenazaron de muerte, efectuó la denuncia al día siguiente. El defensor oficial del fuero juvenil, Julio Axat, y Roberto Cipriano García por el CCT, denunciaron las torturas y la detención ilegal del chico. Ayer, el ministro de Seguridad y Justicia Ricardo Casal recibió a Alejandro Mosquera, Víctor Mendibil y Aldo Etchegoyen, de la Comisión Provincial por la Memoria, ante quienes se comprometió a remover a los responsables.
El relato de la denuncia es una radiografía del sistema de detenciones de adolescentes por parte de la Bonaerense, método que defienden ante la Justicia Casal y su colega de Desarrollo, Baldomero Alvarez. Alrededor de las cinco y media de la tarde del martes 5, la fiscalía y la defensoría penal juvenil en turno de La Plata recibieron un llamado telefónico de la comisaría 6ª informando que tenían un adolescente de 17 años al que habían detenido por “resistencia a la autoridad”. La Justicia ordenó la liberación porque, en sí misma, la resistencia no configura un delito pasible de detención. Pasadas las 11 de la noche, lo soltaron. En el medio, pese a los reclamos de parte de la sociedad, demostraron que no tienen las manos atadas. Tampoco los pies. Al pibe lo molieron a golpes y lo torturaron con clásicos de la dictadura: submarino y submarino seco.
El relato del chico es estremecedor. Dice que estaba en la casa de un amigo, y que de un patrullero bajaron bonaerenses y lo sacaron a los golpes de la casa sin motivo. “En ese lugar me dan una paliza en el piso. Llegan cuatro patrulleros más y entre más o menos ocho policías me patean y golpean en el suelo, mientras los vecinos observaban.”
Lo subieron a un patrullero. El chico estaba aterrado de que lo mataran y arrojaran al río. Pero lo llevaron a la 6ª de Tolosa donde en un calabozo del fondo “más o menos 15 o 20 oficiales me pegan en todo el cuerpo. Uno me saca el cinturón y me da cintazos con la hebilla en mi espalda. Me salía sangre del oído y la boca. Después me sientan en una silla afuera del calabozo, con las manos esposadas atrás, me ponen una bolsa en la cabeza, me quieren asfixiar, me golpean con las culatas, durante más o menos una hora. Me sacaban y me ponían la bolsa. Como no quería firmar el papel de resistencia a la autoridad me metieron la cabeza en un tanque de agua podrida. Y así durante media hora hasta que firmé. Me dejaron tirado empapado en el calabozo y a cada rato venía uno y me decía que si contaba algo de lo que me pasó era boleta”.
La Policía Juvenil de Casal, un equipo de detención encubierta
El chico dijo que los médicos policiales lo miraron “así nomás”. Después lo llevaron al hospital Gutiérrez y de vuelta al calabozo. A las 23, le dieron la libertad. Ya no se resistía. Al día siguiente el chico se fue acompañado por la madre a hacer la denuncia. Ayer, Axat y Cipriano García presentaron la denuncia por torturas, apremios y vejaciones. El fiscal 4 Fernando Cartasegna tomó la denuncia y demostró que es la policía la que ata las manos de la Justicia: en la carátula del caso al término “torturas” lo reemplazó por “severidades”. La diferencia es simple: la pena por tortura es de hasta 25 años. Por severidad, sigan pegando.

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-154559-2010-10-08.html

3 comentarios:

  1. La policía no sirve para nada, es una corporación que se dedica a sus propios negocios. Para que pueda hacer esos negocios le damos armas, autos, nafta, les pagamos los sueldos, toleramos que se dediquen a las coimas. Luego les proveemos impunidad total para que nos maltraten. Somos sus rehenes, cuando levantamos la voz en contra de estos atropellos, nos mandan a robar para que veamos cuanto los necesitamos. Es una locura.

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  2. no alcanza con separarlos, deben tomar otra medida como en principio, la disponibilidad preventiva, cobrar la mitad del sueldo hasta tanto se aclare.

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  3. Es cierto. De todos modos, lo que dice Casal es lo que suelen decir los funcionarios y que en general se repite como si fuera cierto. En realidad se trata de lo que llamamos freezer, que es poner paños fríos, sacar al investigado (de ahí que digan que fueron removidos o apartados, lo que es cierto) y trasladarlo a otra seccional o sector, fuera del escenario caliente. De esto Casal sabe, porque esa práctica en el Servicio Penitenciario es permanente.

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